A través de la figura del Asistente Inmobiliario Personal es como focalizamos mejor la venta. El Asistente Personal presta atención y dedicación a la venta como si se tratara de su propia casa. Concede su prioridad a una propiedad y ello le anima a perseverar en el objetivo marcado que es intentar vender, obligándose a ser eficaz, controlar bien las oportunidades y evitar la dispersión.
Focalizando un objetivo y marcándonos un tiempo, conseguimos formar parte de la propiedad aprendiéndolo todo sobre ella.
Disfrutamos con lo que hacemos y eso aporta vida a nuestro trabajo.
Una vez logramos encontrar al comprador, buscamos el equilibrio entre las partes para consensuar la venta.